En octubre pasado tuve la suerte de vivir una de esas bodas que se quedan grabadas para siempre.

Mikky y Sam, una pareja inglesa maravillosa, confiaron en mí para organizar su destination wedding en Murcia. Desde el primer momento supe que sería un día muy especial.

Elegimos la Finca Siempre Verde, un espacio perfecto para la boda que imaginaban: íntima, natural y muy disfrutona.

Desde nuestra primera reunión, me dejaron claro que lo más importante para ellos era disfrutar al máximo con sus seres queridos. Y vaya si lo conseguimos.

La conexión entre ellos era tan evidente que bastaba una mirada para entenderlo todo. Verles juntos, reír, emocionarse, compartir esos pequeños gestos espontáneos… fue un auténtico regalo.

Familiares y amigos llegaron con ganas de celebrar, y el ambiente no pudo ser mejor: abrazos, risas y momentos de esos que no se planean, pero que hacen que una boda sea inolvidable.

La ceremonia, el cóctel y la cena se vivieron al aire libre, acompañados por una noche espectacular que terminó de poner la guinda al plan.

La noche terminó con un fiestón de esos que hacen que el tema «boda» siga siendo el eje principal de conversación durante varios días más.

Cada detalle estuvo cuidado al máximo: las flores de Myss Magnolia aportaron frescura y elegancia, Enfok2 capturó toda la emoción y The Weddery nos sorprendió con una propuesta gastronómica de diez.

Me encargué de toda la organización, el diseño y la coordinación, trabajando para que cada momento reflejara la esencia de Mikky y Sam. Y, como siempre, conté con mi equipo el día de la boda, desde el inicio del montaje, para que todo saliera perfecto.

Fue un día redondo. Un día para recordar, vivir y, sobre todo, sentir.