Cuando pensamos en una boda, nuestra mente suele volar directamente a escenarios soleados, jardines en flor y atardeceres cálidos. Pero, ¿y si te dijera que las bodas de invierno tienen un encanto único, sofisticado y profundamente acogedor?
En este artículo, inspirado en el episodio Nº56 de podcast Bodas sin filtro, te cuento por qué cada vez más parejas eligen el invierno para darse el «sí, quiero» y cómo hacerlo con estilo y confort.
Elegir el espacio ideal para tu boda de invierno
En una boda de invierno, el espacio lo es todo. La clave está en encontrar un lugar que no solo sea bonito, sino también funcional y cálido. Los espacios demasiado grandes o con techos altos pueden ser difíciles de climatizar, sobre todo con un número medio de invitados.
Busca fincas acogedoras, con elementos como piedra, madera o chimeneas. Estos detalles no solo aportan calidez real, sino también emocional y estética.
Consejo de experta: asegúrate de que el plan B (en caso de lluvia, viento o frío intenso) también te guste y se pueda decorar a tu estilo.

Foto Marina Campoy
No subestimes el frío: calefacción y confort
Uno de los errores más comunes en las bodas de invierno es no prever el frío. Si hay momentos exteriores como la ceremonia o el cóctel, incluye en tu presupuesto calefactores, estufas o incluso mantitas personalizadas para los invitados.
Detalles que marcan la diferencia: ofrecer bebidas calientes al llegar. Crea una bienvenida cálida, reconfortante y muy original.
Aprovecha la luz invernal y planifica los horarios
En invierno los días son más cortos, así que la planificación horaria es clave. Una ceremonia civil a las 15:30h permite disfrutar del atardecer y aprovechar una iluminación natural preciosa.
Toque mágico: una buena iluminación transforma cualquier espacio. Juega con velas, luces cálidas, guirnaldas y microleds para crear ambientes envolventes y románticos.
Looks de invierno: elegancia y abrigo pueden ir de la mano
Las bodas de invierno ofrecen infinitas posibilidades para estilismos sofisticados y con carácter. Vestidos con mangas, capas, blazers de terciopelo, abrigos especiales o tocados con texturas ricas aportan un aire invernal encantador.
Tip esencial: lleva un segundo par de zapatos más cómodos y cálidos para la fiesta. Lo mismo aplica para invitadas, sobre todo si el banquete se alarga.

Foto: marina Campoy
Gastronomía de temporada: sabores que reconfortan
En una boda de invierno, el cuerpo pide platos cálidos, sabores reconfortantes y texturas que abracen. Olvídate de gazpachos o ensaladas frías y apuesta por cremas, carnes en salsa o recetas tradicionales.
Ideas sabrosas: estaciones tanto para el cóctel como para la barra libre: vino caliente especiado, chocolate con churros, caldos regionales o postres tibios. La gastronomía también puede contar la historia de una boda invernal bien pensada.
Cuidar a los invitados (y a los proveedores)
El bienestar no solo es para los invitados. También para los profesionales que harán realidad tu boda. Si contratas fotomatón, glitter bar, o barra libre exterior, asegúrate de que estén en zonas con calefacción o resguardo.
Extra importante: habilita un guardarropa. En las bodas de invierno, los abrigos y capas se multiplican. Si el catering va a recoger las mesas a la hora de la barra libre, crea una zona de guardarropas para que los invitados puedan darlo todo en la pista de baile, sin dejar los abrigos tirados o sin tener que llevarlos con ellos toda la fiesta.
Decoración cálida y floral para bodas de invierno
El invierno invita a jugar con texturas ricas y colores profundos: granates, ocres, burdeos, verdes musgo o incluso rosas empolvados y terracotas. Combina con velas, piñas, ramas secas o frutas como la granada o las uvas para dar ese toque invernal elegante.
Flores de temporada: hortensias secas, astilbe, amaranto, crisantemos, bayas o claveles en tonos intensos funcionan a la perfección y se adaptan a la paleta de cada pareja.

Foto: Marina Campoy
En resumen: por qué apostar por una boda de invierno
Las bodas de invierno no solo son posibles, son absolutamente encantadoras si se planean con sensibilidad y sentido común. Lo resumo con claridad en mi podcast: “hay que priorizar la experiencia, el bienestar, y sí, también la belleza, pero sin perder de vista la realidad del momento del año”.
El invierno nos ofrece: ambientes íntimos, decoración cálida, estilismos sofisticados y una atmósfera mágica.
¿Te animas a celebrar tu boda en invierno? Cuéntanos cómo imaginas tu boda y qué detalles incluirías para hacerla única.
Puedes escuchar el episodio completo aquí: Nº 56, Bodas de invierno.
Y si quieres seguir aprendiendo más sobre organización de bodas, síguela en Instagram: @valeriavasallo.wp
Valeria



